Tres viejecitos hablando en el parque:
Jo, si es que hay que ver lo que es la edad...
Tengo setenta años
y todos los días a las 7 en punto me levanto
con unas ganas horribles de mear,
pero no hay forma,
me paso el día entero queriendo mear pero no puedo.
Pues eso no es nada.
A mis ochenta años
me levanto a las 8 con ganas de cagar,
pero nada, no hay manera, y me paso así el día entero.
Y el último añade:
Lo mío es mucho peor.
Con mis noventa años
yo meo todos los días a las 7 y cago a las 8.
Luego a las 9 me despierto.
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