Un forastero buscaba novia en un pueblo,
y como estaba recién llegado
no conocía a las chicas del lugar.
Pensó que nadie como el cura
conocería a las posibles candidatas de su amor.
El joven forastero se dirigió al cura
para pedirle que le indicara
una chica que fuera joven,
guapa y RECATADA.
El cura le preparó una entrevista con una chica
que pronto llegó a convertirse en su esposa.
En la noche de bodas,
la esposa demostró una sabiduría
en las artes del amor
muy sorprendentes para el marido,
lo que hizo que éste,
sorprendido por esta circusntancia tan excepcional,
se dirigió de nuevo al cura
para pedirle explicaciones.
El cura le respondió:
Es que en este pueblo hay tres clases de chicas:
están las NO CATADAS,
LAS CATADAS Y LAS RECATADAS.
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